La braquiterapia es beneficiosa en el cáncer de próstata de bajo riesgo, afirma un estudio

Si se la compara con la prostatectomía radical, tiende a igualar el tiempo de supervivencia clínica sin recaída.

John Schieszer, Renal & Urology News

La braquiterapia de tasa de dosis baja (LDR) con o sin terapia de privación de andrógenos puede ser la opción de tratamiento óptima para hombres con cáncer de próstata (T1c a T3a), según un nuevo estudio retrospectivo publicado en Oncology Letters.

En comparación con la prostatectomía radical (PR), la LDR parece lograr tasas equivalentes de supervivencia libre de recaída bioquímica (bRFS) y tiempo de supervivencia clínica sin recaída (cRFS).

Los investigadores compararon ambos resultados entre 218 pacientes que se sometieron a braquiterapia LDR con semillas de 125I y otros 211 pacientes que se sometieron a PR. Todos los pacientes recibieron tratamiento desde enero de 2010 hasta junio de 2015; y la mediana de tiempo de seguimiento fue de 46,6 meses.

 

Resultados

“Ha habido una controversia sobre las ventajas y desventajas de estos dos tratamientos”, dice el autor Weigang Yan, MD, del Peking Union Medical College Hospital en Beijing, China.

Pero, uno, dos y cinco años después del tratamiento, la tasa de supervivencia libre de recaída bioquímica en el grupo de braquiterapia fue del 89,4 %, 87,2 % y 79,9 %, respectivamente. En la opción de prostatectomía radical , las tasas fueron del 91,0 %, 82,8 % y 72,2 %, respectivamente. En esos mismos puntos temporales, las tasas de supervivencia clínica sin recaída en el grupo de braquiterapia fueron del 99,1 %, 97,7 % y 94,9 %, respectivamente. Para los pacientes con prostatectomía radical (PR), las tasas fueron del 99,0 %, 96,2 % y 94,5 %, respectivamente.

En el análisis multivariado, el estadio T T2b o superior predijo de forma independiente el fracaso bioquímico.

 

Complejidad

El riesgo de falla bioquímica fue significativamente mayor para el grupo de prostatectomía radical en comparación con la opción de braquiterapia entre los pacientes con una puntuación de Gleason de 3+4 o menos o un nivel inicial de PSA de 10 ng/mL o menos. Por lo tanto, los investigadores creen que la braquiterapia LDR es una mejor opción para estos pacientes, dice el Dr. Yan a Renal & Urology News.

Los investigadores notaron que es difícil comparar directamente ambas modalidades de tratamiento debido a los sesgos metodológicos que surgen de las diferencias en las características iniciales. En general, los hombres a los que se les ofrece braquiterapia LDR tienden a ser mayores y tienen puntuaciones más altas de comorbilidad y características asociadas con el cáncer más agresivas, según los autores. En el estudio actual, la mediana de edad de los hombres fue de 71 años en general, pero fue de 74 años en el grupo de braquiterapia en comparación con los 66 años del grupo de PR.

Todos los hombres del grupo de PR se sometieron a procedimientos laparoscópicos. La dosis media de radiación para los hombres en braquiterapia fue de 144 Gy. Además, el 89 % de los pacientes con braquiterapia recibieron terapia de privación de andógenos (ADT) neoadyuvante o adyuvante en comparación con el 24,6 % de los pacientes del grupo de PR.

Durante el seguimiento, solo fallecieron tres pacientes del grupo PR y cuatro del grupo braquiterapia. Como resultado de estas bajas tasas de mortalidad, señalaron los autores, no fue posible comparar la mortalidad específica por cáncer y por otras causas entre los grupos. “Aunque la mediana de tiempo de seguimiento del estudio de 46,6 meses fue suficiente para capturar una cantidad considerable de eventos de falla sistémica, puede haber sido demasiado breve para lograr resultados de mortalidad”, escriben los autores.

Otras limitaciones incluyeron diferencias en las características iniciales y el uso de la citada terapia de privación de andógenos (ADT) entre los grupos, aseveran.

 

Avance y cautela

Kosj Yamoah,  Jefe de Sección de Oncología de Radiación Genitourinaria y Director de Investigación de Disparidades de Oncología de Radiación en el Centro de Cáncer Moffitt en Tampa, Florida, dice que el estudio es importante porque confirma hallazgos similares (previos), pero en una cohorte más moderna. “Dado que se trata de una cohorte de pacientes más moderna que abarca de 2010 a 2015, este estudio representa una era de estadificación más actual y es menos probable que esté sujeto a problemas con la migración de la etapa al analizar cohortes más antiguas”, explica el Dr. Yamoah. Agrega que el período de seguimiento de menos de cuatro años es relativamente corto para el cáncer de próstata localizado, por lo que los médicos deben interpretar los hallazgos con cautela.

Por su parte, Leonard J. Appleman, MD, PhD, oncólogo del Centro de Cáncer Hillman del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh, asevera que el nuevo estudio se suma a un cuerpo considerable de investigaciones retrospectivas sobre el uso de la braquiterapia para el CaP localizado. El estudio estuvo bien realizado y el artículo está bien escrito. “Para la enfermedad de bajo riesgo”, dice el Dr. Appleman, “no importa mucho qué terapia local siga en términos de supervivencia a largo plazo. Para los casos de mayor riesgo, creo que hay menos datos para la braquiterapia como modalidad única”.

Con una óptica más crítica, Soroush Rais-Bahrami, Profesor Asociado de Urología y Radiología y Codirector del Programa de Atención Personalizada del Cáncer de Próstata en la Universidad de Alabama en Birmingham, indica que los nuevos hallazgos son limitados debido al uso de terapia de privación de andógenos (ADT). “La gran mayoría de los pacientes que recibieron braquiterapia tuvieron algún tipo de privación de andrógenos”, dice el Dr. Rais-Bahrami, “pero en los pacientes con prostatectomía radical, la gran mayoría no recibió ningún tipo de terapia de privación hormonal. Por lo tanto, debemos tener cuidado con la forma en que analizamos estos datos”, reflexiona el Dr. Rais-Bahrami. “Los dos grupos no estaban bien emparejados en este estudio según el ADT dado”.

 

Falencias

Finalmente, Bobby Liaw, Director Clínico de Oncología Genitourinaria del Sistema de Salud Mount Sinai en Nueva York, señala que, debido a que el estudio se lleva a cabo en una sola institución, la aplicabilidad a la población más amplia de pacientes es cuestionable. “Un centro puede tener una forma particular de hacer las cosas”, dice el Dr. Liaw. “Ellos (los investigadores) intentaron hacer de este un estudio aleatorizado, pero los pacientes eligieron en qué tipo de solución entraron. Sería bueno tener un estudio puramente aleatorizado, pero debido al sesgo (derivado de la elección) del paciente (esto) no ha sido posible”.

Una limitación adicional es la falta de información sobre cómo los médicos llegaron a la decisión de colocar a los pacientes en terapia hormonal, indica. “La braquiterapia no se ofrece en todas partes y requiere capacitación especializada”, dice el Dr. Liaw. “Necesitaban (para validar totalmente el estudio, incluir) la otra opción, mirando (los resultados de) la radioterapia de haz externo”.

 

Referencia

Zhou Z, Yan W, Zhou Y, et al.125I Low-dose-rate prostate brachytherapy and radical prostatectomy in patients with prostate cancer. Oncol Lett. 2019;18:72-80.

doi: 10.3892/ol.2019.10279