El tratamiento del cáncer de próstata depende del tamaño y la localización del tumor, si se ha diseminado y el estado de salud general del paciente. En muchos casos, un equipo de médicos trabaja con el paciente para determinar el mejor plan de tratamiento.
Es importante hablar con su médico sobre los objetivos y los posibles efectos secundarios del tratamiento antes de iniciarlo. Para obtener más información sobre los posibles efectos secundarios del tratamiento, visite la sección Control de los efectos secundarios de Cancer.Net. La información en esta sección es una adaptación de la publicación de la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica Optimizing Cancer Care: The Importance of Symptom Management, un programa que le enseña a los médicos cómo entender y tratar los efectos secundarios del cáncer y sus tratamientos.
Vigilancia activa (espera vigilante) para el cáncer en un estadio temprano
Si el cáncer de próstata está en un estadio temprano, crece lentamente, y si el tratamiento del cáncer causaría más malestar que la propia enfermedad, un médico puede recomendar la espera vigilante, también llamada vigilancia activa o supervisión y espera.
Se realiza una supervisión cuidadosa, y el tratamiento comienza sólo cuando el tumor muestra signos de volverse más agresivo o de diseminación. Este abordaje se puede tener en cuenta en pacientes de más edad o en quienes sufren otras enfermedades graves o que presentan riesgo de muerte.
Sin embargo, se debe tener mucho cuidado de no cometer errores de criterio sobre la enfermedad.
En otras palabras, los médicos deben recopilar tanta información como sea posible sobre las otras enfermedades y la expectativa de vida del paciente, a fin de no perder la oportunidad de detectar un cáncer de próstata agresivo en el estadio inicial.
Todo el tiempo surge información nueva, y es importante que los hombres analicen estos temas cuidadosamente con un especialista en este tema para obtener información actualizada.
Cirugía
La cirugía se usa para tratar de curar el cáncer antes que se disemine más allá de la próstata. El tipo de cirugía depende de la fase del estadio de la enfermedad, del estado de salud general del paciente y de otros factores.
Prostatectomía radical (a cielo abierto). La prostatectomía radical comprende la extirpación quirúrgica de toda la próstata, las vesículas seminales y, posiblemente, los ganglios linfáticos en el área pélvica. Esta operación tiene el riesgo de interferir con la potencia sexual.
Cuando es posible, la cirugía con preservación de los nervios aumenta las posibilidades de que un hombre permanezca sexualmente potente después de la cirugía, ya que evita el daño quirúrgico a los nervios que permiten las erecciones y los orgasmos.
Se puede producir el orgasmo aun cuando se hayan cortado algunos nervios; estos dos procesos son independientes.
La incontinencia urinaria (incapacidad para controlar el flujo miccional) también es una complicación posible de la prostatectomía. Para recuperar la función sexual normal, los hombres pueden recibir medicamentos como el citrato de sildenafil (Viagra), diversos medicamentos con efectos similares, inyecciones, o someterse a un implante de pene. En ocasiones, algunos procedimientos quirúrgicos adicionales pueden resolver las complicaciones de la incontinencia urinaria.
Prostatectomía robótica (prostatectomía laparoscópica asistida por robot).
A diferencia de la prostatectomía radical a cielo abierto, este tipo de cirugía posiblemente es mucho menos invasiva y, por lo tanto, el tiempo necesario de recuperación frecuentemente es más corto.
La cámara y los instrumentos se insertan a través de incisiones pequeñas en «ojo de cerradura» en el abdomen del paciente. El cirujano luego dirige los instrumentos robóticos para extirpar la glándula prostática y el tejido adyacente.
En general, en la prostactectomía robótica la pérdida de sangre es menor y el dolor es menos intenso, pero los efectos secundarios sexuales y urinarios pueden ser similares a los de una prostatectomía radical a cielo abierto.
Este procedimiento no tiene la antigüedad de la prostatectomía radical a cielo abierto y en consecuencia, todavía no se puede garantizar la información de seguimiento a largo plazo, incluida la tasa de cura permanente. Consulte a su médico para averiguar si el centro de tratamiento que le corresponde ofrece este procedimiento.
Resección transuretral de la próstata (TURP, por sus siglas en inglés).
La TURP frecuentemente se usa para aliviar los síntomas de obstrucción urinaria, no para curar el cáncer.
En este procedimiento, bajo anestesia general, un cirujano inserta un citoscopio (un tubo estrecho con un dispositivo de corte) en la uretra y en la próstata para extirpar tejido prostático. En la práctica clínica actual se utiliza con poca frecuencia para el tratamiento del cáncer de próstata.
Criocirugía. Más frecuentemente usada en estudios experimentales, la criocirugía (también llamada crioterapia o crioablación) comprende el congelamiento de las células cancerosas con una sonda de metal que se inserta a través de una pequeña incisión en el área entre el recto y el escroto, la bolsa de piel que contiene a los testículos.
La criocirugía puede ser útil para el cáncer en estadio temprano y para los hombres que no pueden ser sometidos a una prostatectomía radical.
Muchos médicos consideran la crioterapia como experimental y tienen inquietudes respecto de las complicaciones, que pueden incluir el desarrollo de fístulas (orificios entre la próstata y el intestino), si bien esta complicación se produce con mucha menos frecuencia debido al desarrollo de nuevas técnicas de criocirugía.
Radioterapia
La radioterapia usa rayos x de alta energía para destruir las células cancerosas.
La radioterapia se puede administrar en forma externa (llamada radioterapia con haz externo), en la que la radiación se administra desde un aparato a cierta distancia del cuerpo, o bien en forma interna, en cuyo caso se coloca una sustancia o semillas radioactivas dentro de la próstata, cerca del tumor.
La radioterapia puede ser útil en todos los estadios del cáncer localizado. Además, se utiliza para aliviar los síntomas, por ejemplo, el dolor en pacientes con cáncer avanzado o metastásico. Se pueden necesitar diversos tratamientos o «fracciones».
Radioterapia con haz externo. La radioterapia con haz externo dirige un haz de radiación sobre una región afectada por el cáncer. Algunos centros para el cáncer usan radioterapia conformacional (CRT, por sus siglas en inglés) donde los computadores ayudan a mapear con precisión la localización y la forma del cáncer.
La CRT reduce la exposición a la radiación de los tejidos sanos y los órganos cercanos al tumor al dirigir el haz de radioterapia desde diferentes direcciones con la intención de concentrar la dosis en el área del tumor.
Radioterapia de intensidad modulada (IMRT, por sus siglas en inglés). La radioterapia de intensidad modulada es una forma de radioterapia conformacional tridimensional (3-D). La radioterapia conformacional usa estudios tomográficos para formar una imagen 3-D de la próstata antes del tratamiento. En la radioterapia de intensidad modulada, los haces de radiación con diferentes potencias son dirigidos hacia el tumor desde muchos ángulos. Las dosis del tratamiento con radiación son lo suficientemente precisas como para no causar daño a los tejidos sanos que circundan la próstata.
Braquiterapia. La braquiterapia comprende la inserción de fuentes radioactivas directamente en la próstata. Estas fuentes (llamadas semillas) emiten radiación localizada y se pueden utilizar durante horas (índice de dosis elevadas) o semanas (índice de dosis bajas). Las semillas de índice de dosis bajas se dejan en la próstata de forma permanente, aun después de que se haya utilizado todo el material radioactivo.
La radioterapia puede causar los siguientes efectos secundarios:
Diarrea o alteración de la función intestinal
Aumento de la urgencia (tenesmo) o frecuencia miccional (polaquiuria)
Fatiga
Impotencia (incapacidad de conseguir una erección)
Molestia, ardor o dolor en el recto
Estos efectos secundarios generalmente desaparecen después del tratamiento.
Terapia hormonal
Como el crecimiento del cáncer de próstata está guiado por hormonas sexuales llamadas andrógenos, la reducción de los niveles de estas hormonas puede ayudar a desacelerar el crecimiento del cáncer. El tratamiento hormonal también se llama terapia de ablación androgénica o de deprivación de andrógenos. El andrógeno más común es la testosterona.
La producción de testosterona se puede reducir quirúrgicamente, con castración quirúrgica, o a través del uso de medicamentos que interrumpen la función de los testículos (ver abajo).